Puedes aprender a ser un mejor oyente, pero aprender a hacerlo no es como aprender una habilidad adicional; más bien, es un proceso de despojarse de cosas que interfieren con la escucha.
- Disfruta del silencio. El silencio es el contexto para todos los sonidos y es la única oportunidad que tenemos para descansar nuestros oídos y proporcionar significado a las palabras. Por lo tanto, es importante dedicar al menos 3 minutos al día a estar completamente en silencio.
- Trabaja el reconocimiento de patrones. Incluso en los ambientes más ruidosos, tenemos la capacidad de distinguir distintas fuentes de sonidos. Analizar el ruido ambiental y tratar de identificar quién está hablando o qué ruidos individuales se mezclan. Este es un gran ejercicio para mejorar la calidad de nuestra escucha.
- Saborea los sonidos mundanos. ¿Recuerdas cómo suena la lluvia golpeando la ventana o la lavadora centrifugando? Prestando atención a los ruidos que nos rodean también nos ayudará a fortalecer nuestra escucha activa.
- Practica distintas actitudes de escucha. Otra forma de mejorar esta habilidad es practicar con las distintas formas que usamos a la hora de escuchar y por tanto, con los filtros mentales que aplicamos; estos filtros consisten en no tomar en cuenta uno o más aspectos importantes de una situación y con todo esto, entender cómo el utilizarlos afectan a la comunicación. Nuestra actitud al aplicar la escucha puede ser crítica, empática, pasiva, activa, optimista, escéptica, etc. Podemos usar estos filtros como ejemplo para tomar conciencia de ellos y sus efectos en la comprensión de los mensajes.
- Para mejorar nuestra habilidad de escucha activa, podemos aplicar el método conocido como RASA, un acrónimo que se refiere a los cuatro pasos necesarios para una escucha activa verdaderamente efectiva:
- Recibir (Receive): se trata de prestar atención plena y completa a la persona que está hablando, evitando cualquier distracción externa, como revisar el teléfono móvil, leer documentos o interrumpir a la otra persona mientras habla. Es importante prestar atención tanto a lo que se dice como a cómo se dice, y tratar de captar cualquier mensaje no verbal que pueda estar presente.
- Apreciar (Appreciate): se refiere a confirmar al interlocutor que estamos prestando atención a lo que dice. Esto puede implicar repetir las últimas palabras que ha dicho, asentir con la cabeza o emitir alguna interjección de vez en cuando para demostrar que estamos escuchando activamente.
- Resumir (Summarize): se trata de reformular el mensaje con las ideas que hemos entendido para confirmar con la otra persona que lo que ella nos ha transmitido y lo que nosotros hemos recibido coincide. La fórmula «Entonces, lo que has dicho es…» es una herramienta útil para aplicar la escucha activa de manera efectiva.
- Preguntar (Ask): solo a través de este último paso podremos aclarar cualquier duda o incertidumbre que pueda haber entre el emisor y el receptor del mensaje, asegurando una comprensión perfecta.
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